miércoles, 22 de abril de 2009

TALIBANES 2.0



El Talibán es un Pashtún, con un horizonte reducido a los pedregales afghanos, a los rebaños de cabras y al cántico monótono del recitado del Corán en las Madrasas.
No es sorprendente, por tanto, que con semejante bagaje cultural, convierta en única referencia válida en su vida al Islam, en su versión más radical, fanática e intransigente.

A pesar de las distancias, el Talibán 2.0, comienza a abundar en el sector turístico en España, y parece que al amparo de la crisis actual, encuentra un caldo de cultivo óptimo para multiplicarse e incluso consigue darle una relevancia e interés a unos mensajes completamente carentes de todo sentido.
Coincide el Talibán 2.0 con el modelo original en la absoluta ignorancia acerca de lo que promulga y postula, y mucho peor, de las consecuencias de sus “soluciones”, que en el mejor de los casos simplemente no darán ningún resultado.
La denominada Web2.0 – hay quien ya se atreve con más y comienza a evangelizar acerca de los contenidos del advenimiento de la versión 3.0 de Internet – se convierte en el nuevo credo y se transforma en un objetivo en sí mismo. Redes sociales, comunidades, YouTube, virales, reputación online, webs avanzadas son distintas caras de la piedra filosofal, aspectos del Santo Grial de la gestión turística moderna. El 2.0 es algo imprescindible para ser competitivo. En cualquier contexto o situación y a cualquier precio.
Estos talibanes nos pretenden imponer una Sharia basada en su lectura necesariamente sesgada de una supuesta voluntad divina y que el no seguir ciegamente sus dictados nos hará sufrir todas las plagas bíblicas y alguna más.
Sin el más mínimo bagaje de gestión o dirección, y en base a cantos de sirena de Silicon Valley, Londres, Nueva York, Singapur o cualquiera de las recurrentes Mecas a las que peregrinan regularmente, nos tratan de imponer sus soluciones a problemas inexistentes.

Es sencillamente irresponsable que en una encrucijada como la que nos encontramos, haya tanta energía que se dispersa en debates estériles, conferencias repetidas hasta la extenuación y que a base de reiterarse crean una falsa sensación de urgencia que no hace ningún bien a las necesidades de enfoque y reflexión que el sector turístico precisa en estos momentos.

No nos dejemos engañar. No hay NADA en el 2.0 que no sea simplemente un complemento por su posibilidad de interacción/participación con/de los clientes, en un modelo de comercialización, en el que los motores principales van a seguir siendo: Cómo atraigo tráfico y a qué coste; cómo y a qué coste convierto este tráfico en consumo; con qué márgenes trabajo en las diferentes alternativas y como consecuencia, qué rentabilidad obtengo, y finalmente cómo puedo fidelizar – en el sentido más amplio, esto es, con un enfoque más allá de la mera repetición, a convertir a cada cliente en un evangelizador de nuestra/s marca/s.
Es indudable que hay algunas acciones basadas en herramientas, funcionalidades o aplicaciones 2.0 que serán aplicables de forma puntual o continuada dentro de los planes tácticos en esta dirección, pero sólo tendrán sentido dentro de este contexto, y jamás de forma aislada.
No hay Comunidad o Red Social que valga si no está vinculada a una estrategia de posicionamiento o fidelización. No hay viral que tenga sentido fuera de un planteamiento de promoción y posicionamiento, y como parte de una serie de acciones complementarias (y no nos confundamos, el caso Susan Boyle no aplica para una campaña de marketing hotelero). No hay campaña de Tweeter o Tuenti que de forma aislada nos vaya a generar un tráfico que merezca mínimamente los recursos que tendremos que invertir para gestionarla, si esta no va acompañada de campañas de refuerzo enfocadas a la misma audiencia en otros canales.

Al plantearle todo esto a un importante talibán hace unos días, me pedía que no le aburriera con detalles filosóficos…
Este hecho, ha sido la gota que ha colmado un vaso, que se ha ido llenando de compartir conferencias, presentar proyectos a clientes potenciales, participar en foros, aguantar seguimientos en tweeter o en Facebook orientados al autobombo, de ver a tanto incauto que pica y paga por algo que no le va a arreglar nada, por percibir un cierto agotamiento en el sector, que podría comenzar a tratarnos a todos por el mismo rasero.

Hoy en día, cualquier profesional turístico de este país tiene que tener meridianamente claro que nuestro problema no es ser más o menos 2.0 y que la solución no pasa por dedicarnos a Blogear, Twittear o Facebookear las bondades de nuestros hoteles o destinos.
Tenemos una serie de desafíos relacionados en una redefinición de nuestros modelos y estrategias de PROMOCION, MARKETING y DISTRIBUCION, con la generación de productos turísticos y de conocimiento complementarios y gradualmente alternativos a los actuales, con unas fórmulas de relación, colaboración, y concentración innovadoras que permitan un mejor marketing y desarrollo de productos, así como acometer inversiones en tecnología, orientada tanto a la eficiencia, la productividad y como soporte a la innovación. Todo esto en un contexto en el que un nuevo contrato sectorial, que regule las relaciones entre empresarios, empleados, instituciones públicas y académicas para una GESTION y COMERCIALIZACION de los DESTINOS integrada, co-responsable y coherente.

Para una situación compleja y difícil como la actual, no pueden haber soluciones simplistas. La reinvención del sector va a ser complicada y dura, sin atajos, y no hay ni ungüentos milagrosos ni atajos 2.0. Vamos a tener que arremangarnos y ponernos a trabajar, en GESTION y con RIGOR… Y quizá en ese entorno le podamos dar alguna oportunidad a los talibanes 2.0 para que nos entretengan con su sabiduría.

Postdata:
Y para aquellos que quieran conocer la cara más seria e ilusionante de la consultoría, les recomiendo el libro “Soy Consultor (con perdón)” de Carlos Abadía.
Y como contraste, la cara más siniestra de esta actividad en el libro “Mercaderes de Humo” de George Ballantree.

lunes, 13 de abril de 2009

INNOVACION por CABREO



Tom Peters arrancaba así su libro “Re-Imagina!” en el año 2003.
“…Siento la necesidad de ponerme a escribir este libro porque estoy cabreado. Ocurre que todo tipo de innovación procede, no de estudios de mercado, o de grupos perfectamente formados, sino de personas cabreadas.”

Personas cabreadas o frustradas o decepcionadas o convencidas de que su talento está siendo malgastado en proyectos, entornos o culturas de empresa absurdas o perversas.

Personas que se niegan a dejar caer las manos, o a resignarse, o a dejar que otros sigan tomando decisiones por ellos, o simplemente a echarle la culpa a los políticos.

Personas que pelean, que se apasionan, que superan la frustraciones, que se dan con generosidad como su mejor arma para luchar contra las miserias que nos impone la realidad y el día a día.

Personas que comparten. Reflexiones, visiones, ilusiones, ideas, frustraciones, preguntas, respuestas, sueños, enlaces, presentaciones, fotos, vídeos, posts.

Personas que no creen que se cambie nada en base a iniciativas… Estas son para aquellos que quieren nadar y guardar la ropa. La transformación viene como una avalancha de pasión que persigue incansable a una visión más o menos definida, y que en el mismo proceso la desarrolla y la evoluciona.

Personas que se arriesgan, que se crean a sí mismos como profesionales, se recrean, se reinventan constantemente y así influyen en la transformación de su entorno. En esa reinvención radica su poder y por eso no son permeables a la intoxicación.

Personas que se exponen transparentemente a sus compañeros, sus jefes, su entorno, sus amigos, sus familiares, seguros y convencidos de que su valor radica en su capacidad de crear y de innovar, y no en escalafones, jerarquías, cargos o presupuestos.

Personas que se crecen en la dificultad, para las que las crisis son la mejor oportunidad de que se muevan barreras, se destapen talentos, se abra el juego para los menos poderosos, se caigan las barreras de entrada, las barreras de cambio y se nos aplane el campo de juego a todos como plantea Friedmann.

Personas convencidas de la fuerza de la comunidad, del poder que nos da el sumar todos nuestros esfuerzos individuales, y sabernos apoyados, con una red de contactos, conocimientos, influencias, seguridad.

Yo también escribo esto porque estoy cabreado, pero al mismo tiempo, estoy convencido de que el tsunami creativo e innovador que se está formando, y del que soy una gota más, es imparable y que estas pequeñas, pero constantes muestras de ese empuje, van creando un movimiento poco perceptible de momento, pero con un potencial de transformación inmensa…
Si, estoy muy cabreado!